domingo, 2 de diciembre de 2012

Ama de casa
Buenos días, amigo/a

Si esperas el momento oportuno de hacer algo verdaderamente grande,
¿cuántas veces en tu vida se te presentarán ocasiones semejantes?
Aprovecha las ocasiones que te ofrece cada día, para realizar acciones
ordinarias de manera extraordinaria. Cada tarea te permite dedicarte
con lo mejor de ti mismo, madurar y vivir a pleno.

Un hombre, al volver un día de su trabajo, encontró su casa hecha un
caos, en completo desorden: las camas sin hacer, los platos sin lavar,
las ropas, los juguetes y los libros de los niños desparramados por
todas partes…Además, la comida estaba sin preparar. —Pero, ¿qué es lo
que está pasando aquí? —Preguntó el hombre a su mujer, con estupor y
reprimida cólera. —Nada, respondió ella, con aparente tranquilidad. Tú
siempre te preguntas extrañado qué hago yo todo el día. Bueno, pues
echa un vistazo. Hoy no lo he hecho.

Las tareas sencillas y cotidianas son realmente responsabilidades
simples; pero, ser fieles al quehacer de cada día es algo importante.
La felicidad humana generalmente no se logra con acciones de especial
relevancia, que pueden acontecer muy raras veces, sino en ese sencillo
deber que realizas todos los días con mucho amor. Valorízalo en ti y
en los demás. P. Natalio.

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