viernes, 16 de noviembre de 2012

Se le perdió un diente


Buenos días, amigo/a


El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los

demás.encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por
ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y
comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los
demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no
vale nada.

Un hombre rico pero muy avaro estaba llorando. Un amigo lo vio y se
acercó preocupado por su lamentable situación:
—Pero Samuel, ¿qué te pasa?
—Es que a mi peine se le ha roto un diente, y ahora tengo que
comprarme uno nuevo.
—Pero hombre, no es para tanto, total, puedes seguir peinándote con
ese peine aunque le falte un diente.
—No, no lo entiendes, es que era el último diente que le quedaba...


San Pablo recomienda que seamos ricos en buenas obras, que demos con

generosidad y sepamos compartir las riquezas. “Así —dice— adquirirán
para el futuro un tesoro que les permitirá alcanzar la verdadera
Vida”, (1Tm 6, 17-19). Encerrarte en ti mismo te dejará atrofiado y no
te realizarás jamás. Una señal de madurez es entregarte más a los
demás que a ti mismo. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario