lunes, 19 de noviembre de 2012


Porque es tarde



Buenos días, amigo/a

Al fin de una jornada agitada de lucha y de trabajo, nada ayuda tanto
a restaurar la paz en el alma como una oración llena de confianza en
el Señor. En efecto, en él encontramos un refugio seguro, un guardián
siempre vigilante, un pastor que nos acompaña con solícito cuidado.

Porque es tarde, Dios mío, porque anochece ya y se nubla el camino,
porque temo perder las huellas que he seguido, no me dejes tan solo y
quédate conmigo.

Porque he sido rebelde y he buscado el peligro, y escudriñé curioso
las cumbres y el abismo, perdóname, Señor, y quédate conmigo.

Porque ardo en sed de ti y en hambre de tu trigo ven, siéntate a mi
mesa, dígnate ser mi amigo. ¡Qué aprisa cae la tarde...! ¡Quédate
conmigo! Amén.


Confiar en Dios que nos ama, es fundamental para aceptar, con ánimo
sereno, los contratiempos y dificultades de cada día. Nunca tendrás
pruebas superiores a tus fuerzas. El Señor correrá a darte una mano
cuando te hundas. Basta que lo invoques con fe y todo redundará para
tu mayor bien. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario