viernes, 3 de agosto de 2012

Dar y darse


Buenos días, amigo/a

La generosidad es una virtud que te pone en sintonía con Dios que es
todo amor y donación de sí mismo. Cada día puedes empezar a ser
generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el
corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que
recibes mucho más de lo que das.

El gran secreto está en dar. Aprende, pues, y la vida te recompensará
con creces. Dale a tu prójimo una parte de tu tiempo, de tu dinero, de
tu comprensión, de tu simpatía, de tu estimulo. De cierto te digo que
a cambio recibirás algo valioso. Más al dar no esperes una recompensa
inmediata y material. Por misteriosos caminos infalibles, el Supremo
Dador te lo ofrecerá multiplicado y en su momento oportuno. A fin de
cuentas, el negocio más productivo del mundo es dar. (Clement Stone).


El propósito de actuar con generosidad abre el corazón poco a poco, y
descubres admirado que nunca pierdes. Por el contrario te fortaleces y
puedes superar el temor de ser vulnerable. Practicar esta actitud
ejercita al corazón: cuanto más se da, más se fortalece. Recuerda que
Jesús dijo: “Hay más alegría en dar que en recibir”. P. Natalio.

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