jueves, 30 de agosto de 2012

Corazón compasivo


Buenos días, amigo/a.

Entre los valores que Jesús resaltó en el sermón de la montaña, está
la misericordia. El Reino de Dios está constituido por personas que
eligen ser compasivos en lugar de severos jueces de los demás. No se
trata de condescender con el pecado, la injusticia y la mentira, sino
de orar por los que están en el error y la culpa, para que se
arrepientan y vuelvan a Dios.

El abad Isaac fue un día a un monasterio; vio pecar a un hermano y lo
condenó. Cuando volvió al desierto, un ángel del Señor se detuvo ante
la puerta de su celda y le dijo: "¡No te dejo entrar!". “¿Por qué?",
dijo el abad. El ángel le respondió: "Dios me ha enviado a
preguntarte: "¿A dónde ordenas que eche al hermano caído al que tú has
juzgado?". Inmediatamente Isaac se postró y dijo: "¡He pecado,
perdóname!". Le dijo el ángel: "Dios te ha perdonado; pero, de ahora
en adelante, abstente de juzgar a alguien antes de que lo haya hecho
Dios".


Las debilidades de los otros deberían ser una llamada a la vigilancia
pidiendo ayuda a Dios para no caer nosotros en iguales o semejantes
faltas. La humildad que surge del conocimiento de uno mismo es la base
de todas las virtudes, especialmente de la caridad. Conocerse a uno
mismo es difícil, pero es muy fácil criticar a los demás. Jesús te
dice hoy: “No juzgues y no serás juzgado”. P. Natalio.

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