Instrumento de Dios
Buenos días, amigo/a.
Bajo las especies de pan y vino en el altar, por la fe descubrimos a
Cristo. Y bajo las especies y formas del prójimo necesitado debemos
esforzarnos por ver al mismo Cristo, que no está en el prójimo menos
realmente que en las formas sacramentales. En verdad el prójimo es
también el sacramento de Cristo. Alfonso Milagro.
Dios siempre cuida de sus criaturas, pero lo hace a través de los
hombres. Si alguna persona muere de hambre o de pena, no significa que
Dios no la haya cuidado, sino que nosotros no hicimos nada para
ayudarla, no fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a
Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño
abandonado. Teresa de Calcuta.
Está alerta, porque a lo largo de este día el Señor te ofrecerá al
menos una ocasión de ayudar concretamente a alguien que te necesita.
Tal vez sea un favor sencillo y fácil, o no tanto. Pero es indudable
que te dejará la alegría de haber sido instrumento del amor de Dios
para con tus semejantes. P. Natalio.
Buenos días, amigo/a.
Bajo las especies de pan y vino en el altar, por la fe descubrimos a
Cristo. Y bajo las especies y formas del prójimo necesitado debemos
esforzarnos por ver al mismo Cristo, que no está en el prójimo menos
realmente que en las formas sacramentales. En verdad el prójimo es
también el sacramento de Cristo. Alfonso Milagro.
Dios siempre cuida de sus criaturas, pero lo hace a través de los
hombres. Si alguna persona muere de hambre o de pena, no significa que
Dios no la haya cuidado, sino que nosotros no hicimos nada para
ayudarla, no fuimos instrumentos de su amor, no supimos reconocer a
Cristo bajo la apariencia de ese hombre desamparado, de ese niño
abandonado. Teresa de Calcuta.
Está alerta, porque a lo largo de este día el Señor te ofrecerá al
menos una ocasión de ayudar concretamente a alguien que te necesita.
Tal vez sea un favor sencillo y fácil, o no tanto. Pero es indudable
que te dejará la alegría de haber sido instrumento del amor de Dios
para con tus semejantes. P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario