viernes, 31 de agosto de 2012


Automóvil brillante


Buenos días, amigo/a.


La conversión es un cambio de mentalidad para darle a cada cosa la

importancia relativa que tiene, y poner siempre a Dios en el primer
lugar. La conversión es un giro del alma que desea encontrarse con el
Señor. Es un impulso del Espíritu a dejar un itinerario equivocado o
inferior y seguir un camino mejor y más feliz: el de Jesús.

Ese día Juan lavaba su auto en la calle, al lado de su casa. Al pasar
por allí el señor cura se  detuvo y lo felicitó: —¡Juan, cómo luce tu
automóvil! No es nuevo, pero lo veo siempre brillante y funcionando
bien. —¡Si supiera, Padre, cuánto tiempo y trabajo me cuesta! ¡Por lo
menos, una hora diaria! —añadió el joven. El sacerdote luego de unos
segundos le preguntó: —Y para tener limpia y brillante tu alma, Juan,
¿cuánto tiempo empleas por día? El joven no contestó, pues él casi
nunca se tomaba tiempo para orar y meditar. Entonces, el reverendo
agregó: —iJuan, en verdad, yo preferiría ser tu automóvil y no tu
alma!


“La conversión es un cambio de dirección. Hay que apuntar no al

egoísmo, a la indiferencia, sino a la generosidad y al sacrificio por
los otros; no al olvido de Dios, sino al encuentro con él; no a la
“ligereza” moral, sino a una conciencia formada en el evangelio. Esta
es la revolución cristiana: el cambio del corazón”, (AC). P. Natalio

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