sábado, 28 de julio de 2012


Una bolsa de zozobras



Buenos días, amigo/a.

Hoy elimina de tu agenda dos días: ayer y mañana. Ayer fue para
aprender y mañana será la consecuencia de lo que hoy puedas realizar.
Hoy te enfrentarás a la vida con la convicción de que este día jamás
volverá. Hoy es la última oportunidad que tienes de vivir
intensamente, pues nadie te asegura que mañana volverás a amanecer.

Un viajero llevaba una bolsa pesada quejándose sin cesar. Nadie lo
ayudaba o consolaba. Iba despacio, cuando se le acercó un ángel y le
preguntó: "Hermano, ¿qué llevas ahí?" El hombre respondió
refunfuñando: "Mis zozobras". El ángel sonrió con piedad y le dijo:
"Veamos tus zozobras" Así lo hicieron, pero la bolsa estaba vacía. "En
verdad, dijo el viajero, había dentro dos cargas muy pesadas para ser
soportadas por mortal alguno; pero había olvidado que una era de ayer
y se fue" "¿Y, la otra?". Preguntó el ángel. "La otra era de mañana y
no ha llegado aún". Con una sonrisa compasiva le dijo el ángel: "El
hombre se dobla bajo el peso de las zozobras de ayer y de mañana... El
que se afana sólo por las cosas de hoy no necesita bolsa para ellas”.


Hoy ten la audacia de no dejar pasar ninguna oportunidad, tu única
alternativa es la de triunfar. Hoy invierte tu recurso más importante:
tu tiempo, en la obra más trascendental: tu vida; cada minuto
realízalo apasionadamente para hacer de hoy un día diferente y único
en tu vida.  Juan XXIII vivía la consigna de “sólo por hoy”. P.
Natalio.

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