lunes, 23 de julio de 2012

Mensaje mariano

Buenos días, amigo/a.

Santa Teresa de Ávila, dio una certera definición de humildad, quizá
la mejor que existe: “Una  vez estaba yo meditando por qué razón Jesús
nuestro Señor era tan amigo de la humildad, y con toda claridad
comprendí esto: la ama tanto porque Dios es la suma Verdad, y la
humildad es caminar en la verdad”.

Queridos hijos: hoy vuestra Madre desea hablaros de la humildad.
Humildad es todo lo que debéis desear para agradar a vuestro Dios.
Humildad es reconoceros hombres pecadores y limitados, y saber ver que
los dones que tenéis encuentran su explicación en Dios. Pequeños míos,
sabed que lo que permanece a lo largo del tiempo es la belleza del
alma. De lo contrario, ¿qué ofreceréis a vuestro Dios? Os serán vanos
los títulos, las riquezas, los renombres, si no habéis sido sencillos
y habéis aprendido a ver la mano de Dios en todo. Cambiad, buscad
siempre la humildad, sobre todo la humildad de espíritu, pues ningún
acto es valedero si está viciado de gloria personal.


Nuestra verdad nos debe llevar a un sincero reconocimiento de nuestras
virtudes y defectos, capacidades y limitaciones. Nuestra verdad nos
hará ver que lo que tenemos lo hemos recibido de la bondad de Dios, y
no simplemente porque “hemos estudiado o trabajado mucho”. Recuerda
que el Padre revela sus misterios a los humildes y pequeños. P.
Natalio.

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