martes, 24 de julio de 2012

Los pajaritos y la luciérnaga


Buenos días, amigo/a

No nos contentemos con las luces pequeñas y que no son sino reflejo de
la luz increada, origen de todas las luces. No tengamos miedo y
familiaricémonos con las fuentes. Leamos los grandes autores y,
especialmente, el gran libro donde el mismo Dios nos habla, la Biblia.

Cuatro pajaritos recién emancipados del nido dormían en un monte muy
tupido, con la madre. A las doce de la noche fueron despertados por
una luz y rompieron a gorjear. La madre, sobresaltada, preguntó lo que
les pasaba y contestaron en coro que ya había salido el sol. Y la
madre les hizo ver que no era más que una pequeña luciérnaga. A muchos
les pasa lo mismo, que ven genios en todas partes y gritan: «¡Aquí
está el sol!», al prenderse cualquier vela.(Daireaux).


No leas la Biblia como si leyeras un libro más. Empieza con la
invocación del Espíritu Santo, para que su don de sabiduría disponga
tu mente a recibir el mensaje que Dios ha preparado con amor especial
para ti ese día. La presencia de Dios en su Palabra es una realidad
que hay que captar en la fe. Que el Espíritu te guíe e ilumine. P.
Natalio.

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