viernes, 18 de mayo de 2012


Ayudar y colaborar



Buenos días, amigo/a.

La generosidad es una virtud que te pone en sintonía con Dios que es
todo amor y donación de sí mismo. Cada día puedes empezar a ser
generoso en gestos pequeños. Con la práctica se te irá abriendo el
corazón, descubrirás la alegría de dar y comprobarás, maravillado, que
recibes mucho más de lo que das.

En una helada noche invernal, iba yo en auto con un amigo por un
barrio desconocido, de pronto el vehículo patinó, se salió del camino
y fuimos a dar al patio de una casa. Mi amigo y yo comenzamos a sacar
la nieve cuando varias personas llegaron de las casas vecinas para
ayudarnos. Conseguimos al fin desatascar el auto, y entonces ofrecí al
dueño pagarle los perjuicios del accidente. El propietario rechazó
decididamente mi ofrecimiento y exclamó: “¡Bien vale la pena sufrir un
daño así, para admirar cómo la adversidad saca a relucir lo bueno de
la gente!”.


Ayudar y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda
generosamente a los demás. De este olvido de ti mismo, surgirá como
por magia, tu propia felicidad, tu auténtica realización. Mira, pues,
alrededor cuántos hoy necesitan de tu palabra, de tu sonrisa, de tu
abrazo o simplemente de tu compañía. ¡Procede ahora mismo! P. Natalio.

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