miércoles, 8 de febrero de 2012


Vida sencilla


Buenos días, amigo/a.

A veces la vida del hombre moderno corre inquieta, agitada por la
locura de tener más y más. Ganarás en paz y serenidad de espíritu
cuando reduzcas esas necesidades ficticias que nos imponen los que
sólo anhelan vender más.

Como buen filósofo que era, Sócrates creía que la persona sabia
viviría por intuición natural de manera sencilla. Él mismo ni siquiera
llevaba zapatos; sin embargo, una y otra vez cedía al atractivo de la
plaza del mercado y solía acudir allí a ver las mercancías que se
exhibían. Cuando un amigo le preguntó la razón, Sócrates le dijo: —Me
encanta ir allí y descubrir que soy perfectamente feliz, sin tantas
bagatelas superfluas.

¿No podrías simplificar tu vida, volviéndola más sencilla, para
dedicarte a tus aspiraciones profundas? El salmista nos informa que ha
llegado a “acallar y moderar sus deseos como un niño en brazos de su
madre; ya no pretende grandezas que superan su capacidad, ni fomenta
ambiciones desmedidas” (131). P. Natalio.

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