domingo, 19 de febrero de 2012

La unión familiar


Buenos días, amigo/a.

Las piedras de los cerros caen al lecho de los torrentes y allí
rozándose entre sí, pulen sus aristas, se suavizan y se vuelven
brillantes. La convivencia familiar nos ayuda a madurar y pulirnos. Es
un taller donde se forma la personalidad y se arraigan virtudes
fundamentales, como la paciencia, la humildad y la esperanza.
Aprovéchalo.

Un padre tenía siete hijos, que casi siempre estaban en desacuerdo.
Algunos malvados pensaron aprovechar esta debilidad para apoderarse de
la herencia al morir el viejo. Entonces el padre reunió a sus hijos,
les mostró un atado de siete varas y les dijo: “Aquél que logra romper
estos palos, recibirá la chacra en herencia.” Uno tras otro, usando
todas las fuerzas, lo intentó inútilmente. Y dijeron: “¡Es
imposible!”. “Y sin embargo no hay nada más fácil”, replicó el padre.
Desató las sogas, separó los palos, y sus gastadas fuerzas fueron
suficientes para quebrarlos uno tras otro. “¡Claro!”, exclamaron los
hijos, “así es fácil, ¡hasta un niño lo hace!” Pero el padre añadió:
“Hijos míos, lo mismo sucederá con ustedes. Mientras estén unidos,
nadie los podrá vencer”.

El amor que pide Jesús debe llevarte a evitar en tu familia las faltas
de aceptación, incomprensiones, y malentendidos. El Señor te quiere
ver bondadoso, pacífico, servicial… No es fácil, pero lo puedes, si lo
pides cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y
paciente en mi hogar”. Que tengas un día de buena convivencia. P.
Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario