jueves, 5 de enero de 2012


La corrección: ayuda valiosa


Buenos días, amigo/a.

Con frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su
estilo de vida para hacer los necesarios reajustes que exigía la
alianza solemnemente pactada. La Palabra de Dios sigue invitándonos a
cambiar y corregirnos, y nos motiva con sabiduría a dar pasos de
crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza
renovadora.

Agradécele a Dios haber puesto en tu camino personas buenas que
corrigen tus defectos. Quienes nos corrigen demuestran mucho amor,
porque hay otros que, en lugar de corregirnos, utilizan nuestras
faltas y errores para comentarlos con sus amigos, pero nada más. Si
quieres mejorar de verdad, decídete aceptar las correcciones que te
hagan, sin poner defensas, excusas o pretextos. Ante una crítica,
reflexiona por qué te la dicen y si en verdad se justifica. A pesar de
que algunos se consideran intachables, todos tenemos defectos. Y
aunque estemos llenos de ellos, el Espíritu Santo nos da
discernimiento para notar las virtudes que también poseemos.

“Si yo corrigiera mi manera de pensar de los otros, me sentiría
sereno. Si yo corrigiera mi manera de actuar ante los demás, los haría
felices. Si yo aceptara a todos como son, sufriría menos. Si yo me
aceptara tal cual soy y corrigiera mis defectos, ¡cuánto mejoraría mi
hogar y mi entorno! Si yo cambiara... ¡cambiaría el mundo!”. Anímate a
dar pasos decididos. P. Natalio.

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