viernes, 20 de enero de 2012


El leñador exhausto


Buenos días, amigo/a.

Hay en ti dos facultades rectoras que te ayudan a tomar decisiones.
Son la inteligencia y la voluntad. La inteligencia ilumina las razones
a favor o en contra, y hace una evaluación de lo que es más
conveniente. Entonces tu voluntad, toma la decisión y actúa por lo
mejor. A este proceso se lo llama discernimiento. Una anécdota te lo
esclarecerá.

Cierto día un señor al ir paseando por el campo se encontró con un
leñador que con ímpetu estaba cortando un tronco. El caminante le
preguntó: —Disculpe señor, usted parece estar exhausto..., ¿cuánto
tiempo ha estado trabajando? —Más de seis horas —fue su respuesta.
—¿No sería bueno que descansara un poco y afilara su serrucho? El
hombre respondió: —No... no tengo tiempo, pues hay mucha leña que
cortar. —Pero si afila su sierra cortará más rápido y, si descansa,
tendrá fuerzas para cortar más. El hombre se quedó pensativo, como
dando la razón a aquel señor, pero miró su reloj, luego la leña, y
continuó cortando el tronco sin tener en cuenta el valioso consejo que
aquel hombre le había dado.

El tiempo utilizado en estudiar un problema no es tiempo perdido.
Evita los desánimos que surgen cuando se encuentran dificultades en
plena acción. Esto detiene el empuje y entra la desconfianza al
comprobar errores. Sin embargo, debes estar dispuesto a resolver
siempre estas situaciones con inteligente paciencia. Que sepas
discernir con sabiduría. P. Natalio.

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