domingo, 25 de diciembre de 2011


¡Feliz Navidad!


Buenos días, amigo/a.

Navidad es siempre una fiesta alegre. Hay en el aire un clima de dulce
alegría. Se percibe una alegría contagiosa y espontánea. Todos se
sienten más cordiales. Todos se auguran ¡feliz Navidad! Afloran en
los corazones buenos sentimientos que parecían amordazados en la lucha
de la vida diaria. ¡Se trata de una muy buena y alegre noticia!

Hay sobrada razón para la alegría, porque celebramos el nacimiento del
Salvador, suceso esperado con ansias por tantas generaciones: un Dios
que nace para estar con nosotros y enseñarnos el camino del amor y la
paz. Si quieres que esta alegría no desaparezca sino que dure todo el
año y toda tu vida, considera la razón profunda de esta celebración
festiva. Dios pone su amor a nuestra disposición, para que nuestra
vida tenga sentido. Dios se hace hombre, para que el mundo se haga más
humano, para que yo me haga más y mejor hombre. Porque hay Navidad,
porque Dios se hizo hombre, el hombre puede vivir una vida plenamente
divina y plenamente humana.

Jesús, ese niño desvalido y pobre de Belén, se te presenta tierno y
sonriente, para animarte a nacer de nuevo a una vida más humana y
cristiana. Amigo/a, esto sucede siempre que construyes la paz en tu
ambiente de familia, vecinos y amigos, siempre que repartes amor con
noble corazón. Agradece y vive el precioso don de la Navidad. P.
Natalio.

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