lunes, 26 de diciembre de 2011

El ciempiés


Buenos días, amigo/a.

Es maravilloso el número de cosas difíciles que la gente decidida
logra realizar. Tú deberías formar parte de ese equipo. No escapes de
las tareas de hoy ni las postergues para mañana. La demora que te ha
retrasado fue efecto del temor. El secreto para disipar el temor está
en proceder sin vacilación. Afronta los desafíos de cada día con
valentía.

“¡Qué complicación –exclamó el Abad viendo caminar a un ciempiés– y
qué maravilla: lo hace tan bien que parece fácil! De pronto, le vino a
la memoria una historieta que había escuchado no sabía dónde: "El
pequeño ciempiés sintió que debía lanzarse a caminar, y preguntó
inquieto a su madre: —Para andar, ¿qué pies debo mover primero: los
pares o los impares, los de la derecha o los de la izquierda, los de
delante o lo de detrás? ¿O los del centro? ¿Y cómo? ¿Y por qué?
—Cuando quieras andar, hijo mío –le respondió la madre– deja de
cavilar y... anda.

“Procederé ahora mismo”. Con estas palabras puedes preparar tu mente
para realizar todo acto necesario para lograr tus metas; con ellas
harás frente a todo desafío que los fracasados eluden. Hoy es el
momento oportuno. El impulso inicial tómalo al principio de la
jornada, orando así: “Con tu ayuda, Señor, hoy seré decidido y
entusiasta”. P. Natalio.

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