domingo, 11 de septiembre de 2011

Una palabra cualquiera


Buenos días, amigo/a.

La crítica, el desprecio y los insultos pueden lastimar el amor propio
o dañar la autoestima de las personas. He aquí algunas palabras que
ayudan la convivencia: “¡Muy buen trabajo!”.; “Déjame ayudarte”;
“Cometí un error, perdóname”; “¡Felicitaciones!”; “Estamos orgullosos
de ti”; “Gracias”. “Te quiero”; “Admiro tu capacidad”; “Tú puedes
hacerlo muy bien”.

Una palabra cualquiera, puede ocasionar una discordia. Una palabra
cruel, puede destruir una vida. Una palabra amarga, puede crear odio.
Una palabra brutal, puede golpear y matar. Una palabra amable, puede
suavizar el camino. Una palabra a tiempo, puede ahorrar un esfuerzo.
Una palabra alegre, puede iluminar el día. Una palabra con amor y
cariño, puede curar y bendecir.

San Pablo recomendaba a los cristianos de Éfeso: “No profieran
palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre
buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan
bien a aquellos que las escuchan”. Palabras edificantes son las que
construyen la paz, la alegría y la unión de los corazones. El Señor te
bendiga. P.Natalio.

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