¡Vuela más alto!
Buenos días, amigo/a
El P. Alfonso Milagro, autor de libros muy vendidos, narra esta
constatación: Encontré a un hombre de buenas cualidades que casi las
maldecía. Le pregunté por qué y me respondió: “Porque hacen sombra, y
eso no me lo perdonan”. Eso es la envidia, un sentimiento de aguda
incomodidad al ver a otro que tiene lo que deseamos.
Enseguida después de la 2a Guerra Mundial, un joven piloto inglés
probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor
del mundo. Poco después de despegar de uno de esos pequeños e
improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de
atrás de su asiento y se dio cuenta que había una rata a bordo y que
si roía la cobertura de lona, destruiría su frágil avión. Podía volver
al aeropuerto para librarse de su incómodo y peligroso pasajero. De
repente recordó que las ratas no resisten las grandes alturas. Volando
cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en
peligro su viaje. Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o
maledicencia, vuela más alto…
Protégete de la envidia orando así: “Señor, a los que quieren dañarme
o desprestigiarme, muéstrales la fealdad de la envidia, y toca sus
corazones para que me miren con buenos ojos. Sánalos de todo mal
sentimiento, cura sus heridas más profundas, y bendícelos en
abundancia, para que sean felices, y ya no necesiten dañarme”. ¡Vuela
más alto! P. Natalio.
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