Camino del éxito
Buenos días, amigo/a.
Nadie alcanza el éxito con un solo intento, ni perfecciona la vida con
una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo. Nadie
camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces... Nadie mira la
vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin
temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces.
El éxito no es una casualidad sino la recompensa: para quien lo buscó
y luchó por él; para quien, al caer, supo levantarse; para quien
necesitó ayuda y supo pedirla; para quien, cuando se sintió solo,
buscó compañía; para quien, cuando tuvo duda, buscó a un consejero;
para quien, antes de buscar ser entendido, pudo entender; para quien
estuvo dispuesto a empezar en cualquier momento; para quien comprendió
que el amor es la fiel recompensa de amar.
Dios siempre está dispuesto a concederte sus dones, pero pide tu
colaboración, tu esfuerzo. Leonardo da Vinci quiso sobre su tumba este
epitafio: “Tú, Señor, regalas todos tus dones al precio del esfuerzo”.
El éxito comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer firme
en la lucha, ése es el gran regalo de Dios. Utilízalo con humildad. P.
Natalio.
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