martes, 31 de mayo de 2011

Bendice a mi familia


Buenos días, amigo/a.

La oración es la llave que abre los tesoros del cielo. Es el puente
siempre accesible por el que llegamos a Dios. El arte de orar es el
arte de amar al Señor. Pero orar bien es un regalo de Dios. Por lo
tanto, implora que envíe su Espíritu para que llene tu corazón con el
fuego de su amor.

Señor, bendice a mi familia, a mis amigos y a sus familias. Revélales
tu amor y tu poder. Señor, muéstrate en este momento: que donde haya
dolor, nos des paz y consuelo y donde haya duda, tengamos confianza
porque creemos en ti. Jesús, visita mi casa y llévate mis problemas,
angustias y dolores. Señor, contágiame tu fuerza, para que yo también
pueda aceptar la voluntad del Padre. Hoy vengo a ti, lleno de dolor, a
llorar mis penas en tus brazos, Recurro a ti para que me libres y
destrabes de todos los males que me acechan y me impiden ser feliz.
Espero confiadamente en ti. Vivo confiadamente en ti.

La familia que reza unida permanece unida y reproduce el clima de la
casa de Nazareth: Jesús está en el centro, se comparten con él
alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos,
se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino. Esa oración
alcanza su culmen cuando la familia participa de la Misa del domingo.
P. Natalio.

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