miércoles, 1 de junio de 2011

Querer con eficacia


Buenos días, amigo/a.

“La virtud de la fortaleza es una firmeza interior que nos capacita
para resistir y soportar las contrariedades, sufrimientos, cansancios.
Nos permite perseverar en las cosas buenas cuando se vuelven
difíciles. También nos ayuda a superar la pereza, la flojera o la
desgana cuando no tenemos deseos de emprender algún proyecto o de
realizar una acción buena”.

Señor, no puedo luchar más... Por eso vengo a orar... Vengo a decirte
lo que yo querría, a exponerte el estado de mi corazón, pero no de mi
corazón con sus imperfecciones, con sus apegos desordenados, sino de
mi corazón, como él querría ser, como tú querrías que fuese, como tú
lo sueñas: sencillo, leal, fiel... Haz de este corazón que querría, un
corazón que quiere. Inspírame tu fuerza, para que se levante y se
atreva, para que se obstine. Dame el gozo embriagador de querer con
eficacia, sencillamente porque tú lo deseas, y porque es hermoso y
bueno vencerse para que se haga tu voluntad.

Ojalá que, por propia experiencia, tengas la certeza que el mejor
descanso, ese oasis interior de paz que necesitas al fin del día, son
los brazos divinos del Señor. Allí está “la verde pradera donde
recostarte, de él fluye la fuente tranquila que repara tus fuerzas
agotadas” (Sal 23). La oración es la llave para cerrar sabiamente la
jornada. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario