martes, 5 de abril de 2011

Los niños aprenden lo que viven


Buenos días, amigo/a.

“Las palabras mueven, los ejemplos arrastran”, dice el proverbio. En
efecto, nada es mejor que el testimonio de vida para moldear el
carácter de los niños en el hogar. Por eso es determinante que los
padres evalúen su propia conducta para que todo incida positivamente
en sus hijos. Por ejemplo: dominio de si mismos, sinceridad
permanente, prioridad del deber, etc.

Si un niño vive con tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño
vive con aliento, aprenderá a tener confianza. Si un niño vive entre
críticas, aprenderá a condenar. Si un niño vive entre hostilidad y
discordia aprenderá a pelear. Si un niño vive con miedo, aprenderá a
ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y estímulo,
aprenderá a apreciar y a tener un objetivo. Si un niño vive con
seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con aprobación,
aprenderá a quererse a sí mismo y a encontrar amor en el mundo. Si un
niño vive con amor y amistad, aprenderá a amar a los demás.

El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes
escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir
positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o
una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando
manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”?
P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario