miércoles, 15 de septiembre de 2010


Una página por día


Buenos días, amigo/a.

San Juan Crisóstomo fue un predicador asombroso. Crisóstomo es un sobrenombre que significa “Boca de oro”. La claridad y vigor de sus homilías le venía de la frecuente lectura de la Biblia, como así también de la eminente santidad de su vida. Él te cuenta el secreto de su amor a la Palabra de Dios.

“Tanto más fuerte es el aroma que expanden los perfumes, cuanto más se los frota entre los dedos. Así sucede también con la frecuentación de la Sagrada Biblia. Cuanto más familiar llega a sernos, más se revelan los tesoros que esconde y más se logra aprovechar el fruto de sus inefables riquezas”.

Amigo/a: pido al Espíritu Santo ilumine tu mente y mueva tu corazón para decidirte a leer cada día una página al menos de la Biblia. Aún cuando estés cansado, o sin ganas de leer, o que tropieces con páginas que no entiendes perfectamente... pase lo que pase, no dejes terminar el día sin leer una página de la Biblia. Ésta será la decisión que te dará más satisfacción porque podrás decir: “Desde aquel día cuántos bienes, logros y triunfos comenzaron a pasar en mi vida”. P. Natalio.

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