jueves, 16 de septiembre de 2010


Sinceridad


Buenos días, amigo/a

Los niños con sus salidas ingenuas son la alegría del hogar. Su sinceridad y falta de inhibiciones sociales provocan el regocijo de todos. Pero son siempre un llamado a ser más sinceros y sencillos, a quitarnos las máscaras, a comprometernos con la verdad… y a tener una mirada limpia, fresca y asombrada de las cosas, de la naturaleza, de las personas.

— Padre -dice un niño al confesor- me acuso de haber matado un mosquito.
— Pero, hijo. Eso no es ningún pecado.
— Es que lo he matado con un martillo.
— Sigue sin ser ningún pecado.
— Es que estaba en la cabeza de mi hermano...

Vivir con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano, aunque a veces te cueste; a no valerte de una mentira para salir de una dificultad o librarte de una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino luminoso de grandeza moral. P. Natalio.

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