miércoles, 8 de julio de 2015

Las dos alforjas


Buenos días, amigo/a

Jesús dijo “No juzguen y no serán juzgados”, y también “Felices los misericordiosos porque obtendrán misericordia”. El que critica es porque antes ha juzgado al prójimo. No juzgues porque no conoces la situación real de cada uno. Eso sólo lo sabe Dios. Júzgate en cambio a ti mismo: es lo más acertado, es el tiempo mejor empleado.

Cuenta una fábula que Zeus colocó dos alforjas a cada ser humano: una delante, sobre el pecho y otra atrás a la espalda. Los hombres, imprudentemente, todos han puesto en la alforja que está a la vista los defectos de las personas que van conociendo, mientras que los defectos propios en la alforja que tienen en la espalda. Por eso conocen tan bien y tienen siempre presente los defectos ajenos, pero conocen poco y se olvidan de los defectos propios.

El conocimiento de uno mismo es llave de sabiduría, porque desde tu realidad personal puedes crecer y superarte. Epitecto, filósofo griego, escribió que “La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos, la cosa más fácil, hablar mal de los demás”. Conocerte es encontrarte con tus límites y fragilidades, y también con tus logros y fortalezas. Ten un tiempo para evaluarte. P. Natalio.

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