15 de junio 2015
Decisión
importante
Buenos
días, amigo/a
Napoleón, desterrado en el islote de Santa Elena, hacia el final de su
vida dijo un día a uno de los oficiales que lo acompañaban: “¡Ah, si yo
volviera a tener 20 años, no dejaría ni un solo día de mi vida sin leer una
página de la Biblia!”
Lástima que para él fue demasiado tarde.
Dicen las estadísticas que una
persona común lee a lo largo de su vida unas 200.000 páginas de diarios con
todo lo que sabemos que hay allí de chismes, escándalos, violencia, vanidad,
frivolidad, politiquería, etc. (también hay algunas noticias rescatables y
edificantes); y en cambio, la mayor parte de las personas del mundo mueren sin
haber leído la Biblia,
que no pasa de 1.500 páginas. Tuvieron ojos para leer 200.000 páginas de
materialismo, sensacionalismo y banalidades, y no les alcanzó la vista para
comer con sus ojos las 1.500 páginas de Maná venido del cielo, del Pan de vida
eterna, para tomar fuerza cada día y ser mejores personas: más generosas, más
pacientes, más responsables y llenas de fe en Dios.
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