La
vida familiar
Buenos
días, amigo/a
La familia que reza unida
permanece unida y reproduce el clima de la casa de Nazareth: Jesús está en el centro,
se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y
proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino. Esa
oración alcanza su culmen cuando la familia participa de la Misa del domingo.
La familia es… la mesa de todos los días, el pan, el niño, la visita,
los abuelos, los silencios, el pedir perdón tantas veces y volver al amor
tantas veces y caer tantas veces y necesitarse tantas veces. La familia es... un sello de fuego grabado en la parte
superior del alma, una marca registrada en las costumbres, en el vocabulario,
en los ojos y en el alma. La familia es... el secreto que se comparte, la falta
que se perdona, la confidencia primera, el gusto de vernos a cada rato aquí
todos los días. La familia es... la historia que hacemos juntos, siempre
juntos hasta que uno de nosotros parte adelantándose hacia la casa paterna. La
familia es... una “trinidad” numerosa de carne y hueso, de sangre y músculo, de
gozo y esperanza en esta tierra.
“La familia es escuela de
humanidad, de sociabilidad y de amor. En su seno se reconoce la propia
dignidad, se aprende a convivir y a descubrir la maravilla del amor. La familia
es la solución básica para superar el desamparo y el abandono, con las trágicas
consecuencias de violencia, delincuencia y adicciones, que sufren en especial
los jóvenes”, (CEA). P. Natalio.
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