domingo, 1 de marzo de 2015


Vida de entrega generosa


Buenos días, amigo/a

La situación difícil que atraviesa la Argentina  economía fluctuante, inflaciones periódicas, falta de trabajo, crecimiento de la pobreza, etc. ha generado un hecho digno de admiración y elogio: el voluntariado. Personas que, más allá de la queja estéril, se deciden entregar su vida y poner el hombro a las necesidades urgentes que perciben a su alrededor. Son vocaciones de servicio.

Por amor hay quien abandona su casa confortable en Europa y vive, sin agua y sin luz, en una villa miseria de un pueblo olvidado del Tercer Mundo. Por amor hay hombres que cruzan continentes y mares, y por ese mismo amor hay otros hombres que se encierran en la celda de un monasterio. Por ese amor se entregan los años, la salud, el dinero, la juventud, la seguridad del futuro, el trabajo, el descanso, los gustos, todo. Ese amor es más fuerte que los lazos de la sangre, que las raíces de la tierra o que las llamadas del corazón. Ese amor es más fuerte que la vida y que la muerte. Pero todo eso es un camino seguro hacia la felicidad, porque, “lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado”.

Cada día puedes ser generoso en acciones pequeñas. Este propósito abre el corazón poco a poco, y descubres admirado que nunca pierdes. Por el contrario te fortaleces y puedes superar el temor de ser vulnerable. Practicar la generosidad ejercita al corazón: cuanto más se da, más se fortalece. Recuerda que Jesús dijo: “Hay más alegría en dar que en recibir”. P. Natalio.

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