sábado, 24 de enero de 2015


El caballo y el asno


Buenos días, amigo/a

Los filósofos, los fabulistas y los refranes nos dicen una gran verdad que a veces descuidamos: “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro, (Platón). “Tú ganas lo que das; lo que conservas, lo pierdes”, (Refrán chino). Y Jesús dijo que “hace más feliz al hombre dar que recibir”.

Un hombre tenía un caballo y un asno. Un día que ambos iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo: Toma una parte de mi carga si te interesa mi vida. El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó víctima de la fatiga, y murió allí mismo. Entonces el dueño echó toda la carga encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo: ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y hasta con la piel del asno encima!
Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando.

Michel Quoist, en su famoso libro “Triunfo” escribió: “A partir del momento en que el hombre convierte su bienestar en fin, decae y muere. Hay que volver a dar al hombre del primer mundo, esclavo de necesidades cada día más tiránicas, una razón de vida valedera o condenarse a desaparecer por disgregación interna o a manos del inmenso ejército de sufrientes que terminará por levantarse de modo irresistible”. Que experimentes la alegría de dar y de realizarte en el amor generoso. P. Natalio.

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