El caballo y el asno
Buenos
días, amigo/a
Los filósofos, los fabulistas y los refranes nos
dicen una gran verdad que a veces descuidamos: “Buscando el bien de nuestros semejantes,
encontramos el nuestro, (Platón). “Tú ganas lo que das; lo que conservas, lo
pierdes”, (Refrán chino). Y Jesús dijo que “hace más feliz al hombre dar que
recibir”.
Un hombre tenía un caballo y un asno. Un día que ambos
iban camino a la ciudad, el asno, sintiéndose cansado, le dijo al caballo: —Toma una parte de mi carga si
te interesa mi vida. El caballo haciéndose el sordo no dijo nada y el asno cayó
víctima de la fatiga, y murió allí mismo. Entonces el dueño echó toda la carga
encima del caballo, incluso la piel del asno. Y el caballo, suspirando dijo: —¡Qué mala suerte tengo! ¡Por
no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo, y
hasta con la piel del asno encima!
Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo
que honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te
estás perjudicando.
Michel Quoist, en su famoso libro “Triunfo” escribió: “A partir del
momento en que el hombre convierte su bienestar en fin, decae y muere. Hay que
volver a dar al hombre del primer mundo, esclavo de necesidades cada día más
tiránicas, una razón de vida valedera o condenarse a desaparecer por
disgregación interna o a manos del inmenso ejército de sufrientes que terminará
por levantarse de modo irresistible”. Que experimentes la alegría de dar y de
realizarte en el amor generoso. P. Natalio.
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