¡Feliz Navidad!
Buenos días,
amigo/a.
Navidad es siempre una fiesta alegre. Hay en
el aire un clima de dulce alegría. Se percibe una alegría contagiosa y
espontánea. Todos se sienten más cordiales.
Todos se auguran ¡feliz Navidad! Afloran en los corazones buenos sentimientos
que parecían amordazados en la lucha de la vida diaria. ¡Se trata de una muy
buena y alegre noticia!
Hay sobrada razón
para la alegría, porque celebramos el nacimiento del Salvador, suceso esperado
con ansias por tantas generaciones: un Dios que nace para estar con nosotros y
enseñarnos el camino del amor y la paz. Si quieres que esta alegría no
desaparezca sino que dure todo el año y toda tu vida, considera la razón
profunda de esta celebración festiva. Dios pone su amor a nuestra disposición,
para que nuestra vida tenga sentido. Dios se hace hombre, para que el mundo se
haga más humano, para que yo me haga más y mejor hombre. Porque hay Navidad,
porque Dios se hizo hombre, el hombre puede vivir una vida plenamente divina y
plenamente humana.
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