jueves, 25 de diciembre de 2014


¡Feliz Navidad!


Buenos días, amigo/a.

Navidad es siempre una fiesta alegre. Hay en el aire un clima de dulce alegría. Se percibe una alegría contagiosa y espontánea. Todos se sienten  más cordiales. Todos se auguran ¡feliz Navidad! Afloran en los corazones buenos sentimientos que parecían amordazados en la lucha de la vida diaria. ¡Se trata de una muy buena y alegre noticia!

Hay sobrada razón para la alegría, porque celebramos el nacimiento del Salvador, suceso esperado con ansias por tantas generaciones: un Dios que nace para estar con nosotros y enseñarnos el camino del amor y la paz. Si quieres que esta alegría no desaparezca sino que dure todo el año y toda tu vida, considera la razón profunda de esta celebración festiva. Dios pone su amor a nuestra disposición, para que nuestra vida tenga sentido. Dios se hace hombre, para que el mundo se haga más humano, para que yo me haga más y mejor hombre. Porque hay Navidad, porque Dios se hizo hombre, el hombre puede vivir una vida plenamente divina y plenamente humana.

Jesús, ese niño desvalido y pobre de Belén, se te presenta tierno y sonriente, para animarte a nacer de nuevo a una vida más humana y cristiana. Amigo/a, esto sucede siempre que construyes la paz en tu ambiente de familia, vecinos y amigos, siempre que repartes amor con noble corazón. Agradece y vive el precioso don de la Navidad.  P. Natalio.

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