domingo, 30 de noviembre de 2014


El principito y el zorro


Buenos días, amigo/a.

Las celebraciones —en el hogar, en la escuela, en la iglesia— exigen una adecuada preparación. Proyectan así con anterioridad el clima y los valores que se van a festejar. Esto marca las celebraciones con un halo especial que ayuda a vivirlas con más provecho y profundidad. Hoy la Iglesia comienza Adviento para preparar la próxima Navidad.

El principito llegó temprano.  “Mejor sería venir siempre a la misma hora”, dijo el zorro. Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres yo empezaría a ser feliz. Y cuanto más cerca esté la hora, tanto más feliz seré. Pero si vienes a cualquier hora, no sabré cuándo disponer mi corazón. Es necesario un rito”. “¿Qué es un rito?”, preguntó el principito. “Pues es algo demasiado olvidado”, dijo el zorro. “Es lo que hace que un día sea diferente de otro; que una hora sea distinta de las demás. Los leñadores tienen un rito. Ellos bailan los jueves con las chicas del pueblo. El jueves es para ellos un día maravilloso. Si bailaran cualquier día, no esperarían el jueves como un día de vacación y alegría”. (A. de Saint Exupéry).

Adviento es un tiempo oportuno para vivir con intensidad la venida histórica de Jesús: Dios que irrumpe en nuestra vida y asume nuestra humilde condición humana para levantarnos a alturas desconocidas. La vivencia del Adviento consiste en un fuerte anhelo de que Dios venga, nos acompañe y nos enseñe a vivir su amor con más apertura y calidad.  P. Natalio.

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