Teresita, santa muy simple y humilde
Buenos días, amigo/a
Hoy recordamos a santa Teresita del Niño Jesús. Esta carmelita decía que «Los
sencillos actos de la vida, hechos con amor, son el camino de la
santidad. Ésta no consiste en prácticas especiales, sino en una
disposición interior que nos hace humildes y pequeños en los brazos de
Dios, conscientes de nuestra fragilidad y confiados hasta la audacia en
su bondad de Padre.»
Lo
extraordinario se escondía dentro de su alma, era su amor.
«Ahora—escribía—no tengo más que un deseo: amar a Jesús hasta la
locura.» Este amor producía en ella un grande amor al prójimo, dándole a
entender que su vida debía ser un sacrificio continuo por la salvación
de las almas. Rezaba y ofrecía sus dolores por los misioneros, y no
podía leer, sin conmoverse, la vida del mártir Teófanes Vénard. «Le
amo—decía—, porque es un pequeño santo, lleno de sencillez, que amaba a
la Virgen y quería mucho a su familia, y vivía en un amoroso abandono en
las manos de Dios.» Y añadía: «Se lee en la vida de ciertos santos que
eran graves y austeros, aun en las horas de recreo. Estos me atraen
menos que Teófanes Vénard, el cual aparecía siempre alegre.»
Teresita
escribía a su hermana (17.09.1896) con claridad, la actitud fundamental
que la guió en su vida espiritual: "La confianza, y nada más que la
confianza, es la que debe conducirnos al amor de Dios". Había captado
con profundidad el mensaje de la Biblia: “Dichoso el que ha puesto en el
Señor toda su confianza, porque jamás quedará defraudado”. P. Natalio
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