Patinando sobre hielo
Buenos días,
amigo/a.
Es maravilloso el número de cosas imposibles que la gente entusiasta y decidida
logra realizar. “El entusiasmo es el brillo en nuestros ojos, la vivacidad en
nuestro andar, el ímpetu irresistible de nuestra voluntad que nos lleva a
realizar nuestras ideas. El entusiasmo es la levadura que hace crecer nuestras
esperanzas hasta alcanzar las estrellas”.
En un soleado día de
invierno, dos niños patinaban sobre una laguna congelada. Los chicos no vieron
que en el centro de la laguna, volteada por el viento, había una bandera roja
que indicaba peligro. Los niños jugaban alegremente, cuando de pronto, el hielo
se quebró, y uno cayó al agua. El otro, viendo a su amigo llevado por la corriente y ahogándose, con una piedra empezó
a golpear con todas sus fuerzas, hasta quebrar el hielo y salvar a su amigo. Un
automovilista que pasaba dio la alarma. Al llegar los bomberos y ver lo
sucedido, se preguntaban: —¿Cómo un niño tan pequeño pudo
romper un hielo tan grueso? Un anciano presente les dijo: —Yo sé cómo lo hizo. No había nadie aquí para
decirle que era imposible lograrlo.
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