Es completamente gratis
Buenos días,
amigo/a.
El sacramento de la confesión puede ser una experiencia liberadora que
ayuda a crecer y a vivir mejor. Sin embargo, a veces no la vivimos con
intensidad. Otras veces la sentimos como una molestia necesaria, o como un
ejercicio de rutina. Bien preparada y recibida con frecuencia, la confesión
ayuda a conocerse mejor.
Un hombre fue a confesarse con Don Bosco. —Mi última confesión fue hace diez años, dijo al comenzar. Don Bosco lo
interrumpe: —Esto sale 200 liras. El señor extrañado replica:—¿Cómo? ¡Siempre
pensaba que no se necesitaba pagar nada para confesarse! —¿Eso lo sabías? ¿Y
sin embargo no viniste durante tanto tiempo?, le dijo suavemente y con humor el
santo confesor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario