Una palabra cualquiera
Buenos días, amigo/a.
La crítica, el desprecio y los insultos pueden lastimar el amor propio o
dañar la autoestima de las personas. He aquí algunas palabras que ayudan la
convivencia: “¡Muy buen trabajo!”.; “Déjame ayudarte”; “Cometí un error,
perdóname”; “¡Felicitaciones!”; “Estamos orgullosos de ti”; “Gracias”. “Te
quiero”; “Admiro tu capacidad”; “Tú puedes hacerlo muy bien”.
Una palabra cualquiera, puede
ocasionar una discordia. Una palabra cruel, puede destruir una vida. Una
palabra amarga, puede crear odio. Una palabra brutal, puede golpear y matar.
Una palabra amable, puede suavizar el camino. Una palabra a tiempo, puede
ahorrar un esfuerzo. Una palabra alegre, puede iluminar el día. Una palabra con
amor y cariño, puede curar y bendecir.
San Pablo recomendaba a los
cristianos de Éfeso: “No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que
sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea
necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan”. Palabras edificantes son
las que construyen la paz, la alegría y la unión de los corazones. El Señor te bendiga. P.Natalio.
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