Las
dos ostras
Buenos días, amigo/a.
Al nacer se te regaló un capital
de tiempo, capacidad de trabajo, un temperamento y carácter especial, una
vocación señalada por tus aptitudes e inclinaciones, y una cantidad de
cualidades y posibilidades a desarrollar… ¿Cómo usas estos dones?. ¿Pasas por
la vida haciendo el bien, ayudando, ofreciendo tus capacidades?
Había en la misma roca dos
ostras hermanas, iguales al parecer.
—Son dos ostras, y nada más –decían los peces, con desprecio–. Vinieron
unos pescadores y, al llegar a las ostras se abalanzaron ambos sobre una de
ellas, y pelearon cuchillo en mano para disputársela. Los pescados se
asombraron que tanto lucharan por una ostra, y sólo por una. —¿Por
qué no toman cada uno una, si son iguales? -decían. —Es
que –dijo una almeja experta en ciencias sociales–, no son iguales, aunque lo
parezcan. La igualdad no es cosa de este mundo; y siempre la madreperla, aun
cuando su cáscara sea vulgar y fea, valdrá más que una multitud de ostras
comunes. Daireaux.
Cada persona es un ser único, por naturaleza. “Cuando Dios crea un
persona rompe el molde”, dice el proverbio. Por lo tanto el mejor consejo que
puedo darte es: sé tú mismo. Pero sé lo mejor de ti mismo. Ten valor de ser
diferente y seguir tu propio camino. No hagas vanos intentos de imitar
ciegamente a los demás. P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario