Acéptate a ti mismo
Buenos días, amigo/a.
Por un sabio plan
divino las personas somos distintas, tenemos diversas capacidades, diferentes
inclinaciones y gustos. Es una realidad y tienes que aceptarla sin dejarte
alcanzar ni por la envidia del bien ajeno, ni por el orgullo de lo que te ha
tocado. Es señal de madurez la aceptación serena de ti mismo con tus
capacidades y carencias.
Padre mío, en tus manos me pongo, con lo poco que soy, feliz de ser
como soy. Si alguna vez sentí tristeza y vergüenza de mi persona, te pido
perdón por haberme avergonzado de la obra de tus manos. Te doy gracias por
haberme hecho capaz de pensar que pienso, portador de un aliento divino e
inmortal. Dame la gracia de perdonar-amar esta extraña personalidad. En tu
voluntad perdono-amo tantas cosas muy mías que hasta ahora no me gustaban. En
tus manos me pongo con lo poco que soy, feliz de ser como soy, amigo de mí
mismo. Hágase tu voluntad. (Ignacio Larrañaga).
Recuerda que los demás te necesitan tal como eres. No conviene que te
pongas una máscara o representes una comedia. Puedes decirte a ti mismo: “voy a
llevarles algo especial, pues nunca se encontraron ni se encontrarán con
alguien como yo; soy una persona única salida de las manos de Dios”. Dios te
valora, hazlo tú también. P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario