Por
la propia vocación
Buenos días,
amigo/a.
«La vida del
cristiano reclama ser vivida como “vocación”, como respuesta a un llamado. A
todos Jesús dice: ¡Sígueme! El cristiano es un llamado a segui4 a Cristo, a
compartir su estilo de vida y su misión en favor de los hombres. Cada uno, en
el “jardín donde Dios lo plantó”: casado, soltero o célibe». Aquí tienes una
oración para conocer la propia vocación:
Señor, dígnate
mostrarme el camino que debo elegir y seguir para servir a mis hermanos y
glorificarte. Haz mi corazón en todo momento disponible a tu llamado, y mi
voluntad siempre pronta a dar lugar a tu voluntad. Si me quieres totalmente
dedicado a tu servicio, en la vida sacerdotal, religiosa o misionera, haz Señor
que yo sea en verdad otro Cristo en medio de los demás. Quiero responder con
generosidad a tu llamado; cualquiera que él fuere, quiero hacer tu voluntad.
Ayúdame, Señor, a conservar el ideal de mi juventud. María, Madre de Jesús y
Madre mía, enséñame a descubrir la voluntad de Dios y dame fuerzas para
seguirla. Amén.
«También hoy, en
medio de una cultura que no favorece la responsabilidad y el compromiso, Jesús
sigue llamando: ¡Sígueme! Y hay jóvenes —y no tan jóvenes— que, con
generosidad, dejan la carrera, los sueños juveniles y a veces, incluso, las
novias o los novios…y siguen a Cristo para ponerse a su servicio a “tiempo y
corazón” completos». P. Natalio.
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