miércoles, 23 de julio de 2014

Descifrar señales


Buenos días, amigo/a.

La Biblia es el libro que nos enseña a descubrir a Dios, a percibir su paso entre nosotros, a descifrar las delicadas señales de su presencia. En especial los salmos nos comunican la experiencia de hombres que percibieron a Dios en la naturaleza, en su propia vida y en la historia de Israel. Son himnos maravillosos que ayudan a vivenciar la cercanía del Señor.

Paseaba un hombre por el campo cuando, de pronto, susurró: “Dios mío, dime algo”. Y un árbol cantó, pero el hombre tenía cerrados sus oídos. Entonces dijo en voz alta: “¡Señor, háblame!”. Y el viento silbó a su alrededor, pero el caminante no cayó en la cuenta. Miró alrededor y dijo con fuerte voz: “¡Dios, déjame que te vea!”. Y en ese momento brilló como nunca una estrella en el cielo, pero el hombre no levantó la vista. Luego, el caminante, ya desesperado, pidió a voces: “¡Tócame, Dios! ¡Hazme saber que estás aquí!” Y Dios bajó y lo tocó. Pero el hombre espantó distraídamente la mariposa que revoloteaba a su alrededor y, frustrado, continuó su camino…

“Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos. ¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios!” (92). “¡Grande eres tú, Señor, y haces maravillas, tú eres el único Dios! (86). “Recuerdo las proezas del Señor; sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus obras y considero tus hazañas” (77). Gracias, Señor. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario