Cómo
llama Dios
Buenos días,
amigo/a.
La vida de todo
cristiano reclama ser vivida como “vocación”, como respuesta a un llamado. A
todos Jesús nos dice: ¡Sígueme! El cristiano es por definición un “llamado”,
llamado a seguir a Cristo, a estar con él, a compartir su estilo de vida y su
misión en favor de los hombres. Cada uno, en su vida concreta de casado,
soltero o célibe; rico o pobre…
Examina tu corazón, en
el que arde quizá, desde hace tiempo, el anhelo de algo grande. Piensa si no
será Dios el que te está hablando bajito, con las palabras de un amigo, tras la
aparente monotonía de la vida. Considera quién golpea suavemente tu alma.
Quizás lleva tiempo hablándote, y no lo has descubierto todavía, como les
sucedió a aquellos dos discípulos que caminaban con Jesús hacia Emaús. Jesús
caminaba a su lado, alejándose de Jerusalén, como un peregrino más. Cuando
oraron con Él se dieron cuenta de que habían estado junto al Señor sin saberlo.
Mientras tanto, vive alerta. Interroga los rostros y los sucesos. Ahí, entre la
monotonía de los días iguales, puede estar llamándote Dios.
Hay llamadas de Dios que exigen un cambio fundamental en
la vida, pero otras más sutiles sólo significan una nueva orientación dentro de
tus habituales ocupaciones. Lo importante es vivir siempre alerta al Espíritu
de Dios que nos hace llegar inspiraciones y mociones para vivir una vida más
plena y satisfactoria, más generosa y entregada. P. Natalio.
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