martes, 10 de junio de 2014

Señal inconfundible


Buenos días, amigo/a.

Sufrir tentaciones es una situación normal del hombre. Surgen de nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La tentación es una incitación a pecar. También los santos pasaron por tentaciones. Pero lucharon y triunfaron.

Se cuenta que san Martín de Tours estaba orando en la celda de su monasterio, cuando alguien tocó a la puerta. Martín abrió y entró un majestuoso personaje, lleno de luz y de amabilidad. Martín lo miró unos momentos y reanudó su oración. El personaje se extrañó y le preguntó: —Martín ¿cómo es posible que no te pongas contento, y no me atiendas? Yo soy el Señor Jesús. Martín le contestó: Si eres el Señor Jesús, muéstrame las heridas en tus manos y en tus pies. Inmediatamente el personaje desapareció. Era una tentación de Satanás.

Jesús nos aclara que para vencer las tentaciones necesitamos estar atentos y orar pidiendo fortaleza para no caer en las seducciones del mal. Está claro también que no debes buscarte las ocasiones de fallar porque “el que busca el peligro en él perecerá”. Que Dios te proteja y bendiga. P. Natalio.

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