lunes, 16 de junio de 2014

Jugando a las cartas


Buenos días, amigo/a.

Los niños con sus salidas ingenuas son la alegría del hogar. Su sinceridad y falta de inhibiciones sociales provocan el regocijo de todos. Pero son siempre un llamado a ser más sinceros y sencillos, a quitarnos las máscaras, a comprometernos con la verdad… y a tener una mirada limpia, fresca y asombrada de las cosas, de la naturaleza, de las personas.

Un señor entra en un bar y observa que en una mesa hay tres hombres y un perro jugando a las cartas. Muy sorprendido se acerca a la mesa y pregunta: —Este dálmata, ¿puede realmente jugar a las cartas? —Sí. —¡Es algo maravilloso! —No crea. Cada vez que le tocan buenas cartas, mueve la cola y todos nos damos cuenta.

Vivir con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te cueste; a no valerte de una mentira para librarte de una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino de grandeza moral. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario