El gorrión y el águila
Buenos días, amigo/a.
“La política es el uso del poder
legítimo para lograr el bien común de la sociedad, a saber, aquellas
condiciones de la vida social con las que todos, familias y asociaciones puedan
alcanzar su perfección propia. Por tanto, debe realizarse con espíritu de servicio.
El cristiano que actúa en política ha de trabajar con desinterés, buscando el
bien de todos”.
El gorrión, con imprudencia juvenil, criticaba en voz alta, ante muchos
pájaros, el gobierno del águila. Decía que los impuestos eran excesivos; que
las elecciones, falseadas, subían al congreso puros politiqueros ignorantes;
que el mérito no era recompensado. Y ya iba a criticar otras cosas, cuando el
águila que, sin ser notada se había aproximado al grupo, le preguntó de qué
gobierno estaba haciendo la historia. El gorrión no se inmutó: --Del gobierno
del abuelo de su Majestad –contestó, saludando al águila cortésmente. Y el
monarca quedó satisfecho, recapacitando que, efectivamente, todo aquello, desde
entonces, había mejorado. (Daireaux).
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