viernes, 6 de septiembre de 2013

El trabajo de cada día

Buenos días, amigo/a

Ningún trabajo es insignificante, ninguna tarea es despreciable,
cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras fuerzas y
nuestra creatividad en ella. “Si alguien está llamado a ser
barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, como
Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos”, (M. L.
King).

Un hombre va a la consulta del medico y le dice:
—Doctor, me he caído y me duelen mucho las piernas!
El Doctor después de examinarlo le dice:
—No se preocupe, no es nada. Dentro de unos días ya estará Ud. trabajando.
—Caramba, Doctor, qué maravilla, además de curarme, ¿me dará trabajo?

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de
entregarnos a los vicios, y nos proporciona los recursos para remediar
nuestras necesidades fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja
con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera
trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que
tengas un día de acción. P. Natalio.

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