sábado, 7 de septiembre de 2013

Antes de leer la Biblia

Buenos días, amigo/a

Dios está vivo en su Palabra para iluminarte, consolarte,
fortalecerte… Pero debes acercarte a ella con verdadera fe. Antes de
leerla es adecuado que te pongas en la presencia del Señor con alguna
oración que te ambiente en un clima de devoción y acogida cordial del
don de Dios. Puede servirte la que sigue.

Dios, mi Padre bondadoso. Estoy rodeado de ruidos y voces. Estoy
cansado de escuchar palabras sin verdad, sin el calor de la intimidad
personal, sin la eficacia del amor comprometido. Tú, Señor, me hablas
con una Palabra nueva. Por eso quiero escucharte. Porque tu Palabra me
muestra la verdad, me revela la eficacia de tu amor, me ofrece la
participación en tu misma vida. Señor, que tu Palabra se haga carne en
mi vida. Te ofrezco un corazón pobre y abierto. Siembra en mí tu
Palabra, que tu Espíritu la haga fecunda, como en el seno de María, la
santísima Virgen y Madre de Jesús. Y seré en el mundo el eco de tu
voz, la proclamación de tu Evangelio. Amén.

La actitud de humilde escucha es decisiva para leer con provecho, pero
es un don que debes pedirle al Señor con la confianza de un hijo. Y el
libro sagrado te animará con promesas de vida sin fin, será para ti
una escalera para subir al cielo, te ofrecerá normas simples de vida
inocente  y  te descubrirá el amor entrañable de Dios por ti. Que sea
tu alimento cotidiano. P. Natalio.

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