jueves, 2 de mayo de 2013

Un regalo de verdad

Buenos días, amigo/a

Crea en torno a ti sentimientos y actitudes de paz, concordia y
convivencia. Perdona las injurias presentes y pasadas, líbrate de las
garras del odio, guarda la libertad de tu corazón para amar y comenzar
una vida nueva cada día. Desea sinceramente la colaboración, la buena
vecindad y el gozo de la fraternidad y del servicio.

Hace mucho tiempo un rey quiso hacer un regalo precioso a un místico
musulmán. Era una tijera de oro incrustada de diamantes y de otras
piedras preciosas. Agradeciéndolo educadamente, el sufí le dijo:
—Vuestro gesto me conmueve, pero siento no poder aceptar vuestro
regalo. La tijera sirve para cortar, separar, dividir... y toda mi
enseñanza y toda mi vida se basan en el acercamiento y la
reconciliación, la unión y la reunificación. Ofrecedme, si queréis, y
para mi alegría una aguja, una sencilla aguja para unir cosas
parecidas y también cosas diversas.

A la obra gigantesca de la paz mundial, tú puedes aportar tu sonrisa,
la paz de tu propio corazón, porque quien está en paz consigo mismo,
la irradia a su alrededor, a la familia, al círculo de amigos, al
entorno de su trabajo cotidiano. Que el Señor te haga instrumento de
su paz, favoreciendo el amor, la unidad, la buena convivencia… P.
Natalio.

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