martes, 7 de mayo de 2013

Pedir libertad interior

Buenos días, amigo/a

Quien vive abandonado en el Señor crece en una relación verdaderamente
filial con Dios, su Padre; está disponible a todo lo que se presente,
su corazón se vuelve simple y libre, tiene facilidad para vivir con
humildad de corazón los misterios de la vida, se libera de toda
ansiedad por el porvenir incierto: “Será lo que el Padre quiera”, dice
con total sumisión.

“Mira, Señor, ese dolor inútil que a veces se apodera de mí. Sufro por
el amor que no me dan, por las desilusiones, porque a veces no me
comprenden, porque no pude lograr cosas que mi corazón deseaba. Toca
esas necesidades y deseos insatisfechos con tu amor, Dios mío, y
enséñame a gozar serenamente de tu divina ternura, del fuego de tu
amor que nunca me falta. Regálame, Señor, la libertad interior, no
dejes que me haga esclavo de mis sensaciones y sentimientos que me
enferman y me abruman. Y enséñame a reconocer tu amor en las cosas
simples de cada día. Porque siempre tengo el pan de tu ternura. Amén.”
P. Víctor Fernández.

La confianza en el Señor que es abandono en su voluntad, te dejará
sereno y tranquilo en las tempestades de la vida, porque te has fiado
de Dios que es poderoso, bondadoso y fiel a su Palabra. Él asegura por
boca del salmista: “Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el
Señor, porque no quedará defraudado”. ¿Qué te parece? Vale la pena. P.
Natalio.

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