lunes, 15 de abril de 2013

Refugio mío, alcázar mío

Buenos días, amigo/a

Con frecuencia los salmos comparan a Dios con un alcázar, peña, roca,
plaza fuerte, bastión. Todas estas palabras significan lo mismo: un
lugar muy seguro de refugio porque es inexpugnable, imposible de tomar
por asalto. Eso es Dios para el creyente que ha puesto toda su
confianza en él. Una oración responsorial (Sal. 18) para vivenciar
esta convicción.

- Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
- Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.

- Mi alcázar, mi libertador.
- En que me amparo.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.

- “Descarguen en el Señor todas sus inquietudes, ya que él se ocupa de
ustedes”. Si lees y meditas la Biblia, encontrarás esta exhortación y
otras semejantes. Te ayudarán a fortalecer tu confianza en Dios que te
ofrece refugio “a la sombra de sus alas mientras vienen calamidades”
de cualquier clase y magnitud. “No temas, contigo estoy. Yo te amo”,
te asegura Dios. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario