sábado, 6 de abril de 2013

El paso del tiempo

Buenos días, amigo/a

Al iniciar este día te comparto unas consignas que me han movilizado a
lo largo de los años: “Saludaré con gozo y agradecimiento el don
inapreciable de este nuevo día. Trataré con ternura cada hora, porque
sé que no retornará jamás. Eludiré con decisión todo aquello que mata
el tiempo. A la indecisión la destruiré con la acción. Sepultaré las
dudas bajo la fe”.

Todos los niños habían salido en la fotografía y la maestra estaba
tratando de persuadirlos para que cada uno comprara una copia de esa
fotografía del grupo. —Imagínense qué bonito será cuando ya sean
grandes todos y digan: "Allí está Catalina, es abogada, o, ése es
Miguel, ahora es doctor". Entonces se oyó una vocecita desde atrás del
aula diciendo, —Y allí está la maestra. Ya se murió."

Todos percibimos el paso fugaz del tiempo. “Ay, cómo huye el tiempo
irreparable”, constató el poeta Virgilio. También el salmista (S. 90)
dice que, aun cuando lleguemos a los 70 y 80 años, al fin nos parece
que han pasado a prisa, volando. Por eso pide a Dios  le enseñe a
calcular el número de años de vida, para obrar sabiamente. Buena
lección, ¿verdad? P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario